El arzobispo le había pedido a Macri que vetase la ley si se aprueba. Vidal se fotografió hace dos días con un militante antiabortista
Mientras en el Senado desfilaban los expositores a favor y en contra del proyecto de legalización del aborto, la gobernadora María Eugenia Vidal recibió al nuevo arzobispo de La Plata, Víctor Fernández, quien es uno de los más fervientes críticos de la iniciativa dentro de la Iglesia.
De esta manera, la mandataria envió otra señal acerca de su postura luego de que dos días atrás se había fotografiado con un pañuelo celeste, símbolo de las agrupaciones en contra de la iniciativa por el aborto legal, junto a un militante «pro vida» en la catedral de la capital bonaerense.
Desde el entorno de Vidal aseguran que el encuentro fue de carácter «protocolar» y que se había pautado hace tiempo, al momento de conocerse la designación del nuevo arzobispo.
Como todos los representantes de la institución católica, Fernández manifestó su rotundo rechazo a la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo. «Es la muerte de un inocente, de un niño y de un argentino«, deslizó el religioso y le pidió al presidente Mauricio Macri que si la ley llega a ser aprobada el próximo, la vete.
Sin embargo, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, ratificó que la normativa no se vetará ya que desde el Gobierno se pidió un «debate republicano» y que ello implica respetar la sanción.
La solicitud de Fernández fue hecha en el marco de su primer Tedeum en la Catedral de La Plata al que asistió la gobernadora Vidal y el intendente de la capital de la provincia, Julio Garro. Sobre el final de la ceremonia, hubo manifestaciones y cantos «a favor de las dos vidas», en donde los presentes levantaron globos y pañuelos celestes. En este marco, Fernández argumentó que la idea del sermón era defender a los «más débiles, los más frágiles».
