Estamos hablando de Raúl Pagano, extecladista de la Bersuit Vergarabat, quién murió este martes en Pinamar, tras ser hallado en la calle, donde vivía, con un avanzado cuadro de hipotermia.
Tremenda noticia la partida del músico que según consignó Pinamar Diario, el músico, que vivía en la calle junto a sus perros desde hace un largo tiempo, fue encontrado con un avanzado cuadro de hipotermia y un golpe en el rostro en un descampado, y falleció horas más tarde en un hospital de la localidad de Pinamar. “Fue una de las mañanas más frías del año”, informó el portal.
En diálogo con dicho medio, Claudia -madre sus dos hijos- , oriunda de Pinamar, dijo tras enterarse del trágico desenlace: «Llevaba la música en las venas, era muy inteligente y talentoso. Pero cuando estaba en un estado de alcohol o de sustancias se tornaba peligroso estar cerca de él. Vivía siempre en su realidad paralela. Era una persona muy difícil de ayudar».
Raúl Pagano y la madre de sus hijo se conocieron hace 20 años en un centro cultural de Villa Crespo, de donde Pagano era oriundo. Se enamoraron, formaron una familia y vivieron en Pinamar. Ella intentó ayudarlo a superar su problema de adicciones, sin embargo él nunca se pudo recuperar. Finalmente, se separaron en 2004. La vida de Raúl fue empeorando poco a poco hasta que terminó viviendo en la indigencia.
La policía comenzó una investigación para determinar las causas de la muerte, mientras que familiares que residen en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires realizaron la denuncia por el hecho.
El fallecimiento de Pagano se suma a la partida de los músicos Rosario Bléfari, Gady Pampillón, Osvaldo «Bocon» Frascino, Ángel D’Mayo, Marcelo «Chocolate» Fogo, sucedidas recientemente.
A lo largo de su carrera, el artista no solo tocó con Bersuit Vergaravat, que fue liderada por Gustavo Cordera. También compartió escenarios con destacados cantantes del rock nacional, como Fabiana Cantilo y Fito Páez, entre otros. Sus problemas de adicciones lo fueron alejando de su trabajo, de su familia y de sus amigos. Hasta que terminó viviendo en las calles de Pinamar, donde muchas personas y vecinos no sabían quién era ese hombre que solía deambular por las calles.