El exjefe del Ejército durante el kirchnerismo es juzgado en La Rioja por los episodios de lesa humanidad ocurridos durante la dictadura militar.
El detenido exjefe del Ejército durante el kirchnerismo César Milani declara en La Rioja, vestido con uniforme militar, en la segunda audiencia del juicio oral y público en su contra por el secuestro y las torturas sufridas por Pedro y Ramón Olivera, en 1977, durante la última dictadura. El acusado se desempeñaba como subteniente del Batallón 141 de Ingenieros, en esa provincia, según consigna Télam.
Milani declaró sobre la conformación del Ejército Argentino en aquella época, para que –según dijo– «el Tribunal se de cuenta de la función, la misión y el alcance que tenía un subteniente de 21 años en un brigada».
«Nosotros recibimos las órdenes a través de oficiales de operaciones y los jefe de compañía«, contó Milani y recordó que en el primer hecho del que se lo acusa él estaba de oficial de servicio. «Nunca jamás podría haber dejado el servicio en horas de la madrugada para salir a hacer semejante operativo«, añadió.
Se trata de un proceso en el que también está imputado el exjuez Roberto Catalán y el exmilitar Alfredo Santacrocce. El juicio oral y público lo lleva adelante el Tribunal Oral Federal 1 de La Rioja y se inició a las 13.
A continuación, sus frases más destacadas (Fuente TN):
«Ningún subjefe del ejército de La Rioja está procesado o detenido por esto»
«Esta es la primera vez desde 2013 que puedo explicar los hechos»
«Yo tenía 21 años y era subteniente, les puedo asegurar que mi misión era sagrada»
«Todo lo que hacíamos no era pensando en la seguridad de uno, sino en todo lo que podía venir para el país»
«Esa noche el oficial de servicio tenía una guardia de prevención. La preocupación nuestra era que ataquen el cuartel. Nuestra misión era responder a eso. Había 10 soldados de guardia que cubrían todo el cuartel»
«Nunca jamás yo pude haber dejado el servicio aquella noche para hacer semejante operativo»
«Los subtenientes no teníamos acceso a la plana mayor. Ellos estaban subiendo las escaleras en una zona donde yo no tenía ningún tipo de acceso. Estaba prohibido. Nosotros recibíamos ordenes a través de los jefes de compañía. Tampoco teníamos acceso a los antecedentes ni de personas ni de organizaciones ni de nada. Para nosotros, los subtenientes, que dormíamos todos juntos y nos ibamos de joda juntos a la noche, esa era la vida que hacíamos a los 20 y 21 años. Estabamos todos juntos en forma permanente. Nada de lo que yo recuerdo, nunca jamás mencionó antecedentes de personas de acá de La Rioja. ¿Qué le puede interesar a un chico de 21 años? ¡Lo que ustedes se imaginan! Salir a bailar y divertirnos»
«Para nosotros la cárcel era la cárcel y el juez era todo un juez federal, al juez Catalán yo no lo conocía, era toda una autoridad. Teníamos 21 años. No se nos ocurría jamás poner en duda le legitimidad de la orden de un juez, por ejemplo, para el traslado de una persona»
«Jamás yo a la madrugada hubiera podido salir a secuestrar al padre de Olivera. Imaginensé la cantidad de materiales, de medios, de allanamientos, todo lo que yo necesitaría para comandar ese secuestro»
«Osea, yo hubiera tenido que abandonar el servicio para cometer semejante barbaridad»
«Evidentemente la presión sobre la justicia es demasiado fuerte»
«Cuando terminó el servicio, aquella noche, como todas, yo recorrí todas las instalaciones del cuartel porque mi rol era controlar que todo esté en su lugar: que hayan entrado las municiones o que entren los tachos de pintura, todo»
«Cuando terminé de hacer el reelevo llegó el segundo jefe y me presenté. Él me preguntó por qué no me presenté antes»
«Nunca jamás en todos los años de mi carrera vi a un oficial de servicio abandonar el servicio. Jamás, por ningún motivo. Eso está penado hasta con la detención. ¿Ustedes piensan que el suboficial Milani iba a dejar el servicio aquella noche para ir a hacer una detención?»
«Tengo un profundo respeto por todas las víctimas del gobierno militar. Tengo un profundo respecto y tienen toda mi solidaridad»
«Todo el dolor de la familia Olivera termina donde empieza el sufrimiento de la familia Milani. Tengo mi sospechas acerca de qué fue lo que pasó y se los voy a decir. Pero si uno se pregunta si podía Milani hacer todo este operativo, es algo demencial»