El ministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo dijo que el operativo buscará llegar a los 1.340 barrios populares del Área Metropolitana de Buenos Aires con el objetivo de aislar a los que presenten síntomas.
El gobierno nacional redoblará esfuerzos esta semana para la detección «casa por casa» de casos sospechosos de coronavirus en los 1.340 barrios populares del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), con la premisa de aislar a quienes evidencien sintomatología compatible con la Covid-19, a partir de la certeza de que los pacientes con fiebre tienen una mayor potencialidad de contagio.
Así lo confirmó, en diálogo con Télam, el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, quien remarcó que, de acuerdo con la información manejada por el Ministerio de Salud, «es mayor la capacidad de contagio de quienes presentan síntomas, como fiebre y dificultades para respirar», que de los pacientes asintomáticos.
Esta semana se multiplicarán operativos conjuntos de los ministerios de Desarrollo Social y Salud en el Área Metropolitana de Buenos Aires (donde viven 15 millones de personas), que tendrán como punto de partida los territorios de Moreno, Merlo, Almirante Brown, San Martín, La Matanza y Lanús.
Según explicó Arroyo, la idea es que en duplas, trabajadores y voluntarios de las dos carteras irán puerta por puerta para la detección temprana de eventuales contagiados de coronavirus en los barrios populares de esos partidos, que concentran una enorme cantidad de habitantes.
El plan, que combina los programas Detectar, El Barrio cuida al Barrio y protocolos sobre violencia de género, servirá además para «cruzar información sanitaria con la problemática social» local, más allá de la Covid-19, para identificar lo que Arroyo denominó como «el camino de salida».
Es decir, establecer el «perfil productivo» de los municipios, capacitar y crear trabajo en 5 rubros posibles: construcción, textil, producción de alimentos, reciclado y economía del cuidado, detalló el ministro y destacó además la puesta en marcha de los créditos no bancarios para la compra de máquinas, herramientas, insumos y bienes de capital.
Estos esquemas de trabajo fueron acordados el viernes último en una reunión de trabajo entre ministros nacionales y bonaerenses de Salud y Desarrollo Social, que tendrá su correlato mañana cuando Arroyo reciba a las organizaciones sociales, principales promotoras en el conurbano, junto a las iglesias y a otros referentes barriales.
Para Arroyo, la participación de los referentes sociales es «clave» porque «tienen legitimidad» en los barrios populares y son a quienes «se les abre la puerta» de las viviendas.
El ministro confió en poder llevar estas acciones «a los 2.200 municipios del país», una vez que, en base a información recabada por los comités de crisis y el Consejo Federal de Desarrollo Social (Cofedeso), se tracen «estrategias con una mirada federal para avanzar hacia una Argentina con mayor justicia social».
Según el Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap), en la Argentina existen 4.228 barrios populares, de los cuales 1.340 están localizados en el AMBA (56, en la Capital Federal).
El 6 de mayo pasado -con la publicación en el Boletín Oficial- se oficializó la puesta en marcha del Cofedeso (que reúne a todas las áreas de Desarrollo Social de las provincias, creado en 1997, pero inactivo) con el objetivo que durante la pandemia se localicen los «lugares críticos» del país y se fijen políticas para «reducir la pobreza y ampliar la igualdad de oportunidades para los sectores más vulnerables».
En tanto, al conurbano llegará esta semana una modalidad única de asistencia, que ensamblará los programas Detectar (Dispositivo Estratégico de Testeo para Coronavirus en Terreno de Argentina), El Barrio cuida al Barrio, un sistema telefónico de «emergencias villeras» y protocolos para eventuales casos de violencia de género.
Mientras tanto, los primeros operativos realizados en el barrio La Paz, de Quilmes, y en Los Amigos y Sargento Cabral, de San Vicente, registraron un solo caso positivo, entre más de 10 mil personas controladas, lo que demostró una «baja» circulación del virus, por lo que las acciones son planificadas a partir de este tipo de resultados que -aclararon- son «dinámicos» y están sujetos a cambios permanentes en las estrategias.
El Ministerio de Salud bonaerense fijó como objetivo principal «anticiparse a una multiplicación descontrolada de casos» en los barrios populares y, para eso, se toma la temperatura corporal de las personas y, en caso de fiebre, se completa un cuestionario para determinar si se trata de un caso sospechoso de coronavirus o de alguna otra enfermedad, como por ejemplo dengue.
Luego, se realiza un hisopado, se entrega un barbijo y se dispone su aislamiento, ya sea en lugares dispuestos especialmente por el gobierno, o en iglesias, clubes, hoteles u hospitales, según el caso, además de contactar los vínculos más estrechos de los enfermos.
Las políticas, como sintetizó días atrás la secretaria de Acceso a la Salud de Nación, Carla Vizzotti, intentan definir «estrategias argentinas para realidades argentinas» y minimizar la transmisión del virus en los barrios populares.